martes, 9 de enero de 2018

MI EXPERIENCIA CON SAAL-DIGITAL

Buenas ! Como bien saben, mi trabajo de fotografía siempre ha sido digital, desde su realización hasta su publicación en línea. Exceptuando mis primeros años, siempre he trabajado con cámaras digitales y publicado mi trabajo a través de internet. Hasta el momento, había realizado muy pocas impresiones, siempre pequeñas, y nunca me había decidido a hacer una impresión mayor que un folio. Sin embargo, recibí una oferta de Saal Digital que no pude rechazar. Para quien no lo sepa, Saal Digital es uno de los laboratorios fotográficos por excelencia entre los fotógrafos a nivel nacional y ofrece gran variedad de productos: cuadros, álbumes, tarjetas, pósters, fotocalendarios, etc. Hoy voy a hablar en este post sobre los cuadros. La empresa oferta gran variedad de acabados, dimensiones y soportes así como un software llamado Saal Design que te permite maquetar y optimizar la imagen antes de la impresión.

Cuando te planteas por primera vez imprimir una foto para convertirla en un cuadro, surgen muchas preguntas y dudas: qué foto elegir, qué tamaño… En mi caso, cuando entré en la página web me surgieron más: ¿Qué material es el mejor para lo que quiero imprimir? ¿Cuál es la mejor relación calidad/precio/tamaño? ¿Será bueno el servicio de la empresa? Pero la más importante para mí durante todo el proceso como novata en este tema de impresiones fue: ¿Cómo sé que el color de mi imagen va a seguir siendo igual una vez impresa? seguida de ¿Perderá nitidez? Ya he visto varios casos en los que se pierde mucha calidad cuando se imprime una foto.

A continuación voy a contestar todas estas preguntas basadas en mi experiencia con Saal-digital.

Respecto al punto de partida, acabé eligiendo una imagen tomada en mi último viaje por la costa californiana de EEUU. El cuadro quería colgarlo encima de mi cama, por lo que el tamaño era un factor importante: no podía ser demasiado pequeño. 




MATERIAL/PRECIO/TAMAÑO

Cuando entras a la página web de Saal-digital por primera vez y empiezas a investigar te saturas un poco. Y es que, aunque está perfectamente organizada, tiene una variedad de productos tan grande que cuesta asimilar tanta información. Lo que me ayudó a aclararme fue la tabla que compara las características de todos los materiales, su precio y tamaño:

Puedes encontrar infinitas posibilidades para las dimensiones de los cuadros y también varias opciones en el tipo de soporte. Hay una sección en la web que te muestra las dimensiones posibles y el precio de cada material según el soporte elegido.


Además, encontré un artículo que me ayudó a entender las diferencias de acabado entre un material y otro y qué podía esperar de cada uno de ellos. Si quieres saber las diferencias gráficas del acabado según el material, el artículo es de gran utilidad. En él compara una misma imagen impresa en tres materiales distintos y analiza el resultado en base a la gama cromática y la nitidez, los dos factores que me preocupaban. En mi caso, finalmente me decanté por el material Aluminio Dibond porque me prevalecía tener un tamaño relativamente grande en relación a su precio y quería que fuese completamente mate, sin reflejos.

Eché en falta un comparador rápido de precios en el que una misma página te mostrase el precio de todos los materiales a la vez según su dimensión o, al menos, yo no lo encontré. En un principio, cuando no tenía claro que material quería, tenía que ir pasando de una página a otra y apuntando precios para aclararme.

SERVICIO SAAL-DIGITAL

Lo que más me ha gustado del servicio de saal-digital es su rapidez y sencillez. Y es que el software Saal Design marca la diferencia. A través de él eliges directamente el tamaño (que puede ser personalizado), el material y la foto. Posteriormente puedes hacer los últimos ajustes de color y de encuadre. Es el propio programa el que te da el presupuesto desde un principio y se hacen todos los trámites a través del mismo, sin necesidad de entrar en la página web una vez tu imagen está maquetada. A través de tu e-mail contactan contigo para indicarte que han recibido tu foto y el envío lo hacen a través de mensajería privada. En mi caso, por culpa de la empresa de mensajería, no me llegó el paquete. Fue Saal-digital el que se puso en contacto conmigo preguntándome qué me había parecido el cuadro cuando aún no me había llegado. En cuanto les informé de la incidencia, localizaron el paquete en menos de una hora  y me dieron el número de seguimiento para poder gestionar un nuevo reparto con la empresa de mensajería. Resulta que el paquete llevaba varios días en la sucursal. En este sentido, no tengo ninguna queja con el servicio de atención al cliente, fueron eficientes y rápidos en cuanto se dieron cuenta del problema. Sin embargo, sí eché en falta que me diesen ese número de seguimiento del envío desde el principio para gestionarlo yo misma, saber la fecha de llegada y evitar posibles retrasos. 

En relación con el embalaje no tengo ninguna queja. El cuadro está fijado a una pieza de cartón rígido más grande mediante un film de plástico y boca abajo, separados entre ellos por una lámina fina y esponjosa que evita el contacto directo con el cartón, evitando así cualquier rasguño, desplazamiento o golpe. Este cartón viene dentro del paquete de envío que consiste en una caja de cartón alargada y estrecha. Esta buena protección evita que se deterioren los artículos por el camino.

           

COLOR

Cuando trabajas las fotos en un monitor, sabes lo importante que es calibrar la pantalla para poder arreglar fotos sin que te den sorpresas al subirla a internet o al verlas a través de otros dispositivos. Por tanto, un buen calibrado de la pantalla es clave antes de enviar la foto a imprimir. El software permite hacer los últimos ajustes de color ya que la foto se ve diferente en Photoshop que en Saal Design. En mi caso, añadí algo de contraste y saturación y empleé el formato sRGB. Les muestro a continuación cómo era la foto antes de la impresión y el cuadro una vez impreso. 




La foto impresa ha perdido saturación pero el equilibrio de color sigue siendo el mismo, así como el contraste y el brillo. Para ser mi primera impresión, estoy más que satisfecha.

NITIDEZ

Una vez decidido el tamaño del cuadro traté la imagen en Photoshop con esas mismas dimensiones para darle una nitidez extra. Además, el programa Saal Design te indica si la imagen elegida tiene la calidad suficiente para el tamaño del cuadro, una buena referencia para primerizos en impresiones. El resultado es muy bueno. Les muestro aquí debajo fotos de cerca de partes del cuadro para que valoren ustedes mismos.



La textura es rugosa, con un grano muy pequeño, prácticamente imperceptible:



CONCLUSIÓN

Me quedo muy contenta tanto con el resultado como con el servicio recibido. Sinceramente, sabía que iba a ser así porque al buscar opiniones en internet me di cuenta de la buena valoración que tenía la empresa en todos los blogs y artículos que consulté. Sé que es una compañía a la que acudiré la próxima vez que quiera imprimir mis fotos por su variedad de productos, la sencillez del proceso, por la seriedad de la empresa y por su excelente servicio de atención al cliente. Además, tengo ganas de probar el resto de materiales en cuanto pueda para seguir aprendiendo de este mundo de las impresiones :).